Ahora bien, ¿a qué nos determina Descartes? Ayer aún nos era posible responder esto: nos determina a hacernos metódica, politécnicamente dueños de todas las cosas a fin de aliviar la suerte de los hombres y hacerles la vida más agradable.
Pero he aquí que las realidades nacidas de la filosofía del hombre moderno se las ingenian para llevar la contraria a las ambiciones de esta filosofía, para transformar sus promesas en amenazas, para funcionar por sí mismas. Se ha vuelto difícil oponer, sin recurrir a otro tipo de proceso, los cálculos de la razón a las tinieblas de la superstición, y es que los procesos desencadenados por la razón no tienen nada de razonable».
(Alain Finkielkraut)