El narrador vive en esas épocas su adolescencia y primera juventud. La novela nos muestra una rica galería de personajes, en las que descaca el de Adela, la avanzada maestra del pueblo. El drama humano de esa mujer entrañable forma la urdimbre de una narración que trasciende ampliamente en ese personaje central y su peripecia vital para tejer un formidable tapiz de amplia perspectiva.
No se trata, en todo caso,del analisis objetivo de una epoca histórica, sino de una lectura hecha a la luz de la sensibilidad más vibrante,de un testimonio creado a base de sufrimiento y gozo, escrito con las cenizas de quienes ya no estan.