Al personal de salud, por definición y vocación, gusta y busca el contacto con su realidad profesional, la interacción con los pacientes en todas sus vertientes, siendo habitualmente somos esquivos a analizar y conocer la realidad legislativa que amparan nuestro quehacer profesional. En este sentido radica el origen que se puedan cometer errores profesionales y en procesos selectivos, evidentemente subsanables. Además porque en una oposición, concurso, traslado, prueba de competencia. o cualquier proceso curricular, siempre observamos que el candidato al puesto que se opta marca la diferencia en el mismo en función del conocimiento legislativo en la materia, aquí están esas décimas que definen al candidato, porque se requieren profesionales comprometidos con la filosofía del sistema de salud que desea implantar e impulsar, evitar usuarios insatisfechos y reclamaciones, entre otros, al margen de orientaciones políticas. Los evaluadores conocen que un sanitario domina de forma similar lo esencial y específico en hipertensión, diabetes o demencias y aquí las diferencias de nota son mínimas. Es nuestra recomendación que, si de verdad se acerca a un proceso selectivo y honestamente desea tener opciones para lograr esa plaza cada vez con más y mejores candidatos, dedique un tiempo más amplio a esta materia y hágalo al comienzo de la jornada de estudio, cuando se está más despierto, para disfrutar de aquello que de verdad le gusta y le supone menor esfuerzo durante el resto del día. Sus opciones frente a sus competidores, se incrementarán de forma exponencial, no tenga dudas. Pero fundamentalmente, y esto es lo más importante para todos, cuanto integre sobre normas jurídicas a su conocimiento le será de gran utilidad para el trabajo diario, le evitará posibles quebraderos de cabeza, le otorgará tiempo para lo que de verdad estudió, y por sentido común, para ser un profesional consecuente, excelente y eficiente.