Es difícil describir la plaga. Había empezado algunos meses atrás. No era una plaga en el estricto sentido de la palabra. Era una suerte de delgadez, una transparencia. En su interior la gente envejecía aprisa, o sucumbía a enfermedades debilitadoras; tisis, gripe, consunción galopante. Los mismos edificios se desmoronaban y empezaban a parecer mal cuidados, descuidados. Los negocios se iban a pique. Todos los proyectos se demoraban indefinidamente y al final se quedaban en nada. Sin embargo, el retratista Ashlyme ha jurado rescatar de la zona de la plaga a la genial pintora Audsley King. Mas, ¿cómo convencerla para que se vaya? ¿Y cómo convencer a nadie para que le ayude?
Con la secuencia de Viriconium, M. John Harrison llevó un paso más allá la fantasía épica y plantó las semillas de los más recientes movimientos del fantástico contemporáneo, cuyos autores le reconocen como su maestro.
"En la mejor tradición de la más alta literatura, Viriconium es a la vez universal y particular. Es la ciudad definitiva, la propia esencia de lo que entendemos como tal."
Iain Banks
"Viriconium es un centelleante caleidoscopio de ciudades."
The Observer
"Un libro bellamente escrito y desconcertantemente cautivador."
Time Out
"Harrison contempla el mundo que resulta de que una especie alcance el límite de su evolución, la época posterior en la que no queda nada que hacer, en la que se conoce todo lo que hay que conocer (y ahora se comienza a olvidar mientras el tiempo se acaba), y la humanidad desperdicia su crepúsculo en barbarie y decadencia."
Strange Words