«Durante las noches azules uno piensa que el día no se va a acabar nunca. A medida que las noches azules se acercan a su fin (y lo hacen, lo hacen siempre) uno experimenta un escalofrío literal, una visión de enfermedad, en el mismo momento de darse cuenta: la luz azul se está yendo, los días ya se están acortando, el verano se ha ido. Este libro se titula \"Noches azules\" porque en la época en que lo empecé a escribir sorprendí a mi mente volviéndose cada vez más hacia la enfermedad, hacia la muerte de las promesas, el acortamiento de los días, lo inevitable del apagamiento, la muerte de la luz. Las noches azules son lo contrario de la muerte de la luz, pero al mismo tiempo son su premonición.»
En su celebrado libro El año del pensamiento mágico, Joan Didion contemplaba cómo los rituales que formaban parte de su vida cotidiana cambiaban drásticamente con la súbita muerte de su marido en 2003. Dos años después su única hija, Quintana Roo, moría a los treinta y nueve años de edad. En su nueva obra, Noches azules, Joan Didion hilvana instantáneas literarias y recuerdos olvidados sobre la vida y la muerte de su hija. Noches azules versa de lo que queda tras la pérdida de un ser querido.