Un grupo de campesinos ha decidido reclamar como suyas las fértiles tierras que acumulan unos cuantos potentados y ese conflicto podría desencadenar violencia y muerte, no sólo porque la región es un conjunto de tierras yermas tachonadas por oasis de grato verdor, sino porque siguen en carne viva las heridas del pasado, lleno de historias de abuso, explotación y pobreza. Para mediar en la explosiva situación es enviado Manuel Meñueco, un eficiente funcionario que sin embargo acusa ya desgaste por su cercanía a los círculos de poder. Inmerso en la rispidez de un conflicto colectivo, Manuel enfrenta al mismo tiempo el agobio de sus conflictos personales y, en medio de todo y de la nada, no deja de pensar en Elia, con quien tal vez aún sea posible un futuro juntos.