Desde la conciencia de la herida infligida a la relación con el Señor y con los hermanos, pasando por el arrepentimiento y la confesión, hasta alcanzar la añorada comunión, el autor recorre con sabiduría y delicadeza las etapas que configuran este retorno a la vida plena.
El sacramento de la confesión se convierte así en el ámbito donde cada uno puede experimentar el perdón y la paz que proceden de Cristo, anticipo y signo de la reconciliación a la que el mundo entero esta llamado.