Argumento de No Te Dejaré con la Miel en los Labios
He cruzado ríos, mares, tierras extrañas.
He sorteado hileras veloces, metalizadas.
Descifrado lenguas en la Torre de Babel.
Semblanzas.
Recolectado sonrisas y abrazos,
miradas y risas que no varían
al cambiar mi distancia a aquel meridiano.
Cero.
He cruzado de nuevo el zaguán
del tiempo y las latitudes,
para escribir en la historia
de mi página en blanco,
lo que quedó rezagado
en el descarte del recuerdo.
Y a pesar de lo vivido,
tengo la extraña sensación
de que nunca me he ido.1