No te bebas el agua es la primera obra de teatro de Woody Allen, escrita en 1966. Se llevó a escena al año siguiente en Broadway. Hubo igualmente una película, basada en la obra teatral, que Howard Harris rodó en 1969 sin la participación de Woody Allen ni como guionista, ni como actor.
Es una sátira a la vez de la intolerancia política en general y de la incomunicación en las familias. Como siempre ocurrirá posteriormente en la obra de Allen, no hay buenos y malos, todos están un poco locos y es el absurdo y el caos los que rigen sus vidas individual y colectiva.
Walter Hollander, un caterer de New Jersey, se encuentra de vacaciones con su esposa y su hija Susan en un imaginario pequeño país de allende el Telón de Acero. Hollander es sorprendiddo tomando fotografías en zona prohibida y la familia se ve obligada a refugiarse en la embajada de los Estados Unidos. En ausencia del embajador, es encargado de negocios su hijo, Axel Magee, que se revela uno de los funcionarios más incompetentes que el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Estados Unidos ha tenido jamás. En la embajada se encuentra ya refugiado hace mucho tiempo el Padre Drobney, muy aficionado a la magia. Para complicar aún más las cosas, llegan en visita oficial un sultán y su esposa, que naturalmente también se alojan en la embajada.
Cabe señalar que ninguno de los personajes de esta comedia son Woody Allen, contrariamente a lo que estamos acostumbrados. Pero sí está repartido en tres de ellos : 1. El padre Brobney, que es el narrador
-y por lo tanto sustituto del autor- y que comparte con éste su pasión por la magia que, naturalmente, contradice su fe religiosa ; 2. Axel Magee que hace tripas corazón para sobrellevar lo más airosamente posible su endémica torpeza y su honestidad tan poco política y tan desastrosa para su carrera ; y 3. Walter Hollander, el clásico turista norteamericano, un poco bruto, algo paranoico, ingenuamente sincero y maniático de la comida (de ahí el título de la obra).
Es realmente estimulante verificar en un autor de la talla de Woody Allen que, ya al inicio, desde sus creaciones más remotas, están presentes todas y cada una de sus obsesiones, de sus temas favoritos. También encontramos aquí todo su enorme talento para hacer reír, reír «en serio».