El nacimiento del pequeño Mateo tampoco conseguirá mejorar la convivencia y después de dos años de insultos, vejaciones físicas y psíquicas Carolina abandonará el hogar con su hijo. Será el inicio de una batalla legal en los tribunales por la custodia, en la que psiquiatras, investigadores privados y asistentes sociales sacarán los trapos sucios de uno y de otro.
Una lucha feroz en la que todo vale y que se alargará durante diez años, hasta que una inesperada noticia cambiará el curso de los acontecimientos.