Con una mirada incisiva a la intimidad de sus personajes, Andrea Maturana, autora de (Des)encuentros (des)esperados y El daño, nos vuelve a sorprender con su prosa directa y limpia, que no teme abordar aquello que es más fácil negar.
Una visión sin prejuicios de lo que esconde la aparente perfección. Como en la foto de familia donde todos posan con sus mejores trajes, los personajes de estos cuentos intentan vivir bajo una apariencia de perfección. Sin embargo, no es posible huir para siempre de lo que se desea mantener oculto de la mirada propia y de la ajena. La culpa, la mentira, los secretos que no se pueden confesar se transforman en pesados lastres que los protagonistas de estos doce relatos deben enfrentar. Un conjunto de cuentos que estremece por la crudeza de los dolores que laten bajo la epidermis de hombres, mujeres y niños, y que ni las puertas, ni las censuras, ni el intento de olvido logran acallar.