En los países desarrollados hemos encontrado la manera de mejorar profundamente nuestra vida. Utilizamos nuevos instrumentos para gastar de una manera más inteligente, ahorrar más, comer mejor y llevar una vida más acorde con la que imaginamos. Estos instrumentos pueden hacer lo mismo con los pobres. Las investigaciones de Karlan y Appel y las de algunos de sus colegas más cercanos muestran exactamente cómo.
Sólo en Estados Unidos, los particulares donan más de doscientos mil millones de dólares al año a instituciones benéficas, el triple de lo que donan las empresas, las fundaciones y los legados juntos. Este libro presenta una nueva manera de entender lo que funciona realmente para reducir la pobreza y muestra, al mismo tiempo, cómo invertir mejor esos miles de millones y comenzar a transformar el bienestar de todo el mundo.