Cuando una terrible sequía asoló la pequeña aldea donde vivía William Kamkwamba, su familia perdió todas las cosechas y se quedó sin nada que comer y nada que vender. William comenzó entonces a investigar en los libros de ciencia que había en la biblioteca en busca de una solución, y de este modo encontró la idea que cambiaría la vida de su familia para siempre: construiría un molino de viento.
Fabricado a partir de materiales reciclados, metal y fragmentos de bicicletas, el molino de William trajo la electricidad a su casa y ayudó a su familia a obtener el agua que necesitaba para sus cultivos. Así, el empeño y la ilusión del pequeño Willy cambió el destino de su familia y del país entero.