El detective Nivardo Castro y el periodista Carlos Conde (ya familiares por su presencia en El misterio del barco perdido y La guerra del tabaco) tienen un mirador privilegiado en este laberinto de fuegos cruzados, en el que alcanzan, con su investigación, un protagonismo decisivo. Una acción intensa, de ritmo fuerte y rápido, lleva al lector hasta un final imprevisible y violento.
Carlos G. Reigosa consigue en Narcos la tensión y la ágil sobriedad de la mejor narrativa de aventuras, en un ambiente de transición rural-urbano evocado con fluidez y acierto, donde las viejas tradiciones conviven con el dinero fácil, el crimen y la prostitución. Una novela lúcidamente imbricada en la realidad de finales del siglo XX, que tiene sus prolongaciones en el actual.