Edith Chahín narra la historia de su madre Nahima, una mujer siria, que vivió desde finales del siglo XIX, hasta casi terminar el siglo XX. ?Nahima se educó en un ambiente monacal, según las tradiciones ancestrales de la sociedad de aquellos tiempos, en la ciudad de Homs, cerca de Damasco. Vivió encerrada en el interior del hogar junto con sus hermanas hasta que fue solicitada por el hombre que la iba a desposar, al que conoció ?siguiendo las costumbres- después de la petición de manos, al servirle el café.? ?Después de la boda, Nahima y Yúsef tuvieron que huir de Siria, para evitar la persecución turca (eran tiempos del imperio Otomano) que estaba llamando a filas a los jóvenes sirios. El viaje fue una verdadera odisea, en diferentes barcos, trenes, mulas, hasta llegar a Santiago de Chile. Allí se afincaron y formaron una gran familia. Nahima tuvo catorce partos, siete varones y siete niñas, de los que sobrevivieron dos varones y siete chicas. La última fui yo.? ?Yo tenía solo unos meses cuando murió Yúsef, mi padre?, Nahima quedó a la cabeza del hogar, con sus hijos pequeños. La vida a partir de ese momento, fue una intensa lucha para alimentar y educar a su prole. Nahima falleció a los 96 años, rodeada de los suyos. ?Solo faltamos mi marido, mi hijo y yo, ya que nuestra entrada a Chile estaba prohibida. Pero eso no pudo evitar que yo escribiera la biografía de mi madre gracias a las grabaciones donde nos contaba su maravillosa vida.? Nahima contiene pasajes llenos de belleza y encanto sobre el mundo árabe, pero lo que verdaderamente destilan sus páginas es el desarraigo y el dolor de la emigración por la separación y las dificultades para adaptarse a la vida y a las costumbres de países con culturas totalmente diferentes.