Argumento de Mundo Cruel
Si no fuese una espléndida colección de relatos sobre las variedades de la experiencia homosexual, este libro podría subtitularse Estudio de la naturaleza humana. Porque esa experiencia no es aquí una identidad cerrada, sino un vivir abierto. Esa experiencia es también la de quien juzga la depravación y la del depravado que observa la danza de la rectitud carnal, esa mascarada. Pero este libro no es un ensayo y, por ello, está escrito desde múltiples subjetividades complejas, contradictorias, exasperantes, únicas. Así es la literatura, que cuando lo es rajatabla sólo se manifiesta en el presente de los individuos. Y ahora en Puerto Rico, un escenario universal donde los haya.1