Si levantase la cabeza Francisca de Aculodi, la española que en 1687 se convirtió en la primera periodista española, se quedaría perpleja al ver el número creciente de reporteras y enviadas especiales que informan de conflictos armados. Son testigos de excepción que trabajan al límite en situaciones de horror y muerte. Describen la guerra, la fotografían y la filman, la analizan, entrevistan a uno y otro bando, se esfuerzan para que no permanezcamos impasibles ante las injusticias humanas. Este libro habla de cinco siglos de periodismo de guerra hecho por mujeres que han informado de acontecimientos históricos. Desde las pioneras como Carmen de Burgos, Teresa de Escoriaza o Josefina Carabias, por citar algunas, hasta las jóvenes reporteras españolas que informan desde Oriente Próximo, África, América y Asia. Todas han conseguido romper moldes, hacerse un hueco en este difícil sector y convertir su vocación de periodista en su medio de vida; ser ellas, y no otros, las que informen del territorio hostil.
Esta es la primera obra que recoge testimonios de treinta y cuatro periodistas contemporáneas, que hablan alto y claro. Han sobrevivido a guerrillas, mercenarios, terroristas, sátrapas, dictadores, francotiradores, políticos corruptos y traficantes de personas. Han sido detenidas, expulsadas del país, amenazadas de muerte y tiroteadas, pero todas cuentan con el respeto profesional que se han ganado a pulso. Han demostrado su valía como nadie y, a pesar pertenecer a décadas tan alejadas, comparten muchos de los impedimentos que sufrieron las pioneras de esta profesión.