«Me preocupan las vaginas. Me preocupaba lo que pensamos sobre las vaginas, y lo que no pensamos acerca de ellas... De modo que decidí hablar a las mujeres acerca de sus vaginas, entrevistar a la vagina, y así comenzaron los monólogos de la vagina.
»Hablé con más de doscientas mujeres. Hablé con mujeres ancianas, con mujeres jóvenes, casadas, solteras, profesoras, actrices, profesionales, afroamericanas, hispanas, asiáticas, judías... Al principio se mostraban renuentes, un poco tímidas. Pero una vez que empezaban, no había modo de que parasen.»