Al cabo de unos días, sus padres adoptivos, los Odagiri, desaparecen, mientras que el policía asesino Sekiguchi acusa injustamente de un crimen a Yamato y a Miku y empieza a perseguirlos. Tras un periplo que los conduce a diversos puntos de Japón, Yamato averigua que uno de los perpetradores del golpe, Yûdai Kawasaki, es efectivamente su padre, Tetsuya Narumi. Yamato viaja solo a Tokio y reta a los hermanos Sekiguchi a un duelo definitivo para conocer la verdad, pero su plan termina fracasando. La muerte le pisa los talones...