Argumento de Monadas
En La pícara Justina López de Ubeda igualmente recuerda que «La hormiga, en su golosía daña y con su diligencia enseña. La abeja con su miel convida y con su aguijón atemoriza. El león con su cólera mata y con su nobleza acaricia. El águila, con su fiereza persigue al dragón, mas con su realeza ampara los hijos de la cigüeña montañesa, su media hermana ». Traducción de Paola Masseau Los animales siempre inspiraron a los hombres: cuentos (La caperucita roja, El gato con botas), fábulas, desde la antigüedad (en tiempos de Guisopete, como dice Sancho, quien lamenta que su burro ya no pueda hablar), relatos satíricos (Le roman de Renart), «exempla» cuyas lecciones volvemos a encontrar en los emblemas, y jeroglíficos. Cabe subrayar, dicho sea de paso, que mucho antes que Freud se descubrió el complejo de Edipo: en efecto, Fray Luis de Urreta afirma que el hipopótamo quiere unirse a su madre y matar a su padre por celos. Desgraciadamente, en el siglo XVII, a Descartes se le ocurre proponer la teoría del animal máquina, lo cual le permite a otro filósofo, Malebranche, pegar a su perra alegando que ella no sufre ni siente nada. Es curioso hasta qué punto los filósofos más sabios se pueden confundir, cuando resulta tan fácil notar que un animal reacciona cuando le maltratamos, gimoteando, casi llorando como un niño. Después, la ciencia ha ido investigando con más medios y precisión, y ahora no sólo el hombre ha dejado de ejercer su poderío considerándose como la más hermosa joya de la creación (ya no se lleva el gato al agua, podríamos decir) sino que hasta se le considera como un animal más. Por lo menos algunos piensan que somos monos evolucionados, pero aunque el hombre se vista de seda, mono se queda (no me refiero a la teoría del antepasado común al hombre y al mono, que es la que actualmente impera.) Por eso, queridos lectores, nada deseosa de alargar más la presentación de lo que es, ante todo, un recreo y una fantasía, me despido aclarando el título de este poemario: a vosotros, monos todos que me váis a leer, os brindo estas Monadas. Luce Moreau-Arrabal Ilustracionies de Jaime Asensi
100 págs.0