Desde principios de los años ochenta hemos disfrutado con la escritura de Mireia Sentís, su crítica de arte, sus libros sobre la vanguardia neoyorquina de los setenta y la cultura afroamericana; sus comisariados de exposiciones y, por supuesto, sus fotografias. Este catálogo, al igual que la exposición de la que es fruto y testimonio, pretende mostrar cómo la fotografía es en ella una constante necesaria para buscar esa dimensión escondida que sólo se da en las obras de arte. Mireia Sentís se ha considerado siempre desmarcada generacionalmente, pero sus trabajos fotográficos, que ha ido mostrando en exposiciones dispersas, guardan un tono de época que va más allá de lo formal puesto que, como ella suele decir, siempre persigue una idea, algo que no sólo rebasa las modas sino que hace aún más inquietante la presencia del tiempo en la imagen. Su obra responde a inquietudes vitales más que a impulsos formales. Mireia Sentís fotografía porque quiere reflexionar: sobre el cuerpo y el sexo, los paisajes del entorno que visita o habita, las costumbres, la sociedad y el poder. Todo ello desde una mirada irónica y poética, único estilo en el que se reconoce.