Argumento de Mikado
Mikado es un juego de palitos chinos cuya dinámica consiste en expandir y concentrar, extender y recuperar, tirar y recoger con habilidad, y es también el nombre elegido por el artista Nacho Bolea (Zaragoza, 1966) para esta exposición que reúne una selección de obras de diferentes formatos y técnicas ?pinturas, collages, objetos, libros de artista y películas? realizadas a lo largo de la última década, muchas de ellas inéditas o exhibidas parcialmente en proyectos colectivos. Obras que dejan bien al descubierto todo el equipaje del artista, sus fobias y filias, su bagaje visual, sus lecturas y sus obsesiones, en un aparente torbellino de imágenes construidas, deconstruidas y reconstruidas, de miradas cruzadas que, pese a su apariencia azarosa o aleatoria, no dejan de tener su dinámica interna. Dinámica donde la exploración, la aventura y el juego asociados al pasado y al recuerdo infantil, el erotismo, el gusto por la contemplación ociosa, por el extravío arbitrario y por el hallazgo sorpresivo, como también los tributos artísticos y literarios, adquieren un papel destacado, proponiendo al espectador la posibilidad de desmontar las piezas, esparcirlas sobre el tablero y recomponerlas de nuevo pero de otro modo, cogiendo de aquí y de allí, eliminando e incorporando, creando a partir de lo mismo mundos paralelos y personales, en un imaginativo juego sin fin.1