Máximo Monterroso Orellana (La Granjuela,1879-1968) fue un hombre polifacético. De raíces labriegas, amante del campo y su cuidado, alternó su oficio campesino con el comercio y la escritura. ¡Asombroso, este derroche de cultura! Su erudición, largamente demostrada en sus escritos, la hizo siempre compatible con el trabajo en tan diversos menesteres, desde la azada a la pluma, lo que le hace doblemente sabio. Luchador perseverante, no se rindió nunca a la adversidad. Cincuenta años después de su muerte sus descendientes sienten como un deber de memoria el dar a conocer estos escritos de un pensador de pana, al tiempo que una muestra de respeto a su persona y a su historia que es, en alguna medida, el espejo de una época y de un lugar: La Granjuela, su ?pequeño nido?.