Con la matanza de obreros de San Gregorio como telón de fondo, Malarrosa despierta emociones como amores no correspondidos y figuras paternales ahogadas en los vicios de un territorio moribundo.
Ella debió llamarse Malvarrosa, pero un error de inscripción varió el rumbo de su destino. La niña, que ama los pájaros, tiene mirada de espejismo y un extraño don para maquillar a los muertos, afronta con entereza adulta un mundo que desaparece en el aire.