Más allá de estos elementos distintivos y de enfrentarse a los retos de la modernidad con condicionantes territoriales, sociales y económicos diferentes, México y España mostraron cómo, desde el pasado común compartido de la monarquía católica, siguieron manteniendo, aunque a veces no exentos de tensión, lazos de hermandad que apuntan a una cultura e historia compartida.
Manuel Suárez Cortina es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Cantabria.