Keutsang Rimpoché nació en una familia de campesinos en 1944 y fue reconocido como la reencarnación de un prestigioso lama tibetano cuando apenas tenía dos años. Después de que China asumiera el control absoluto del Tíbet en 1959, fue acusado de ser un enemigo del estado, y fue arrestado y encarcelado durante veinte años. En la actualidad y desde su exilio en Dharamsala, Rimpoché recuerda esos años escribiendo estas memorias como un tributo al coraje y a la valentía de muchos tibetanos de a pie que sacrificaron sus vidas por la causa de la libertad, y como un testimonio de la inenarrable inhumanidad que todavía caracteriza muchos aspectos del dominio chino sobre el Tíbet actual. El libro ofrece un relato franco del lama desde los primeros años, en los que en varias ocasiones puso en peligro su propia vida al desafiar a las autoridades penitenciarias, hasta un periodo posterior en el que aparentemente se convirtió en un activista chino por las razones que expone en la última parte del libro.