Memoria del cuer po nos acerca a una poética vitalista de imágenes que parten de la contemplación y el recuerdo de la belleza del cuerpo. Hay en estos poemas una fingida idealización de la vida diaria, un renovado car pe diem donde las imágenes del cuerpo aparecen como una sucesión de primeros planos fotográficos en dos aspectos: la búsqueda del otro y el estímulo del deporte. La autora, con un estilo claro y personal que vincula tradición y modernidad, nos sitúa como espectadores ante originales escenas que desdramatizan la realidad inmediata.