Después de muchos siglos, grandes siglos, en que el pensamiento humano se había esforzado, sobre todo, en elaborar una filosofía de la experiencia religiosa y cambió de orientación y dirigió todos sus esfuerzos hacia el hombre «poeta», hacia su «ciudad», hacia esa naturaleza mundana que por entonces estaba conquistando.
Si es absurdo pensar en una filosofía medieval desvinculada de la religión, no menos peregrino es ignorar que la filosofía del «renacimiento» es una reflexión que surge alrededor de las «nuevas ciencias», aquellas ciencias nuevas a las que más tarde Galileo y Vico dedicarán libros.