Durante los siglos XII-XV, la relación Biblia-Mujeres se caracteriza por un fuerte dramatismo. En esta época se pueden trazar dos itinerarios: el primero, que parte de la reforma Gregoriana (1046-1122) y llega hasta el Malleus Maleficarum (1486), muestra el uso de la Biblia para legitimar la subordinación de las mujeres y su exclusión de las esferas del poder. El segundo, que parte idealmente de Eloísa (?1164), y llega hasta Cristina de Pizán (?1430), marca, por el contrario, el nacimiento del pensamiento y la escritura de las mujeres en una progresiva consciencia de identidad y dignidad, que encuentra en la relación con los textos sagrados sustento y fundamento.
Los trabajos de este volumen de La Biblia y Las Mujeres, dedicado a esta etapa del Medioevo, dan a conocer aspectos novedosos y sorprendentes de la recepción de las Escrituras en su relación con las mujeres.