La autora tiene una experiencia de décadas observando el desarrollo y funcionamiento de las organizaciones y ha llegado a una conclusión contraintuitiva: son los pequeños cambios los que tienen un mayor impacto. Lo más importante para fortalecer una organización no son los grandes cambios estructurales, sino una serie de pequeños cambios tales como admitir el conflicto como catalizador creativo, celebrar los errores, escuchar a todas las personas de un equipo, etc.
Lleno de anécdotas, humor y alguna estadística desconcertante, este libro muestra como las más diversas empresas se han modificado gracias a pequeños cambios.