En este libro Joanne Rappaport y el historiador Tom Cummins estudian la imposición colonial del letramiento alfabético y visual a los grupos indígenas en los Andes septentrionales. Los autores analizan con profundidad cómo los pueblos andinos recibieron y mantuvieron las convenciones del letramiento de España y se subvirtieron a ellas, muchas veces combinándolas con sus propias tradiciones. Las comunidades indígenas de los Andes ni usaban una representación narrativa pictórica ni tenían una escritura alfabética o jeroglífica antes de la llegada de los españoles. Para asimilar las convenciones del letramiento español hubieron de comprometerse con los sistemas de símbolos europeos. Al hacerlo, se alteró su visión del mundo y su vida cotidiana, con lo que el letramiento alfabético y el visual se convirtieron en herramientas primordiales del dominio colonial. Rappaport y Cummins emprenden un camino a un conocimiento profundo del letramiento, teniendo en cuenta no solo la lectura y la escritura, sino también las interpretaciones de la palabra hablada, pinturas, sellos de lacre, gestos y el diseño urbano. Al analizar manuales notariales y diccionarios seculares y religiosos, la arquitectura urbana, imágenes religiosas, catecismos y sermones, así como el vasto corpus de documentos administrativos producidos por las autoridades coloniales y los escribanos indígenas, desarrollan y amplían el concepto de Ángel Rama de la ciudad letrada para cubrir a muchos de aquellos que podrían considerarse los menos alfabetizados.