En efecto aunque las mujeres no acaben siendo todas madres, y tampoco todas las madres tengan solamente hijas, todas las mujeres sí tienen madre.
Preguntarse sobre la relación madre-hijas (entre ellas) un tema muy común. Y también los hombres, lo quieran o no, acaban implicados en esta relación.
A partir de ejemplos entresacados de la ficción (novelas y películas), Caroline Eliacheff y Nathalie Heinic reconstruyen, dibujan, trazan, muestran el abanico de todas las relaciones posibles, señalando cómo se opera la transmisión de roles y la construcción de identidades, de generación en generación. De igual modo, describen las condiciones de una buena relación. Porque, en la delicada experiencia en que consiste ser una hija para su madre y, eventualmente, una madre para su hija, hay sin duda unas rutas más transitables que otras.