Rowena sabía que estaba enamorada de su guapísimo jefe, el doctor David Wright, y empezaba a sospechar que él sentía lo mismo por ella. Su mujer había desaparecido misteriosamente tres años antes y ahora había aparecido su hermana gemela con la intención de descubrir qué había ocurrido, y haciendo que todas las sospechas recayeran sobre David. Estaba pasando por un mal momento y Rowena se moría de ganas por ayudarlo y consolarlo...
David se negaba a que ella se viera implicada en todo aquello. Hasta que no resolviera su pasado no podría ofrecerle un futuro en condiciones. Sin embargo, cada vez le resultaba más difícil imaginar un futuro sin ella...