Hacía muchos años que Jacinto Tejares era viudo, vivía en el Encinar, un pueblo de la provincia de Teruel, donde tenía una buena finca. Un día, decidió poner una granja de pollos y dio en el clavo, ganó mucho dinero. Solo tenía una hija llamada Pilar, no se podía llamar de otra manera al ser de esa tierra ! Esta ya estaba casada y tenía un hijo Enrique, y una hija Olga. El marido de Pilar, Rufino, todos le llamaban Rufi, estaba de empleado en el ayuntamiento pero ganaba muy poco, y gracias al suegro podían llegar. Su bisnieto, Javi , decidio implantarse en el pueblo de su abuelo y hacerlo prosperar. Su voluntad inquebrantable se enfrentara a muchas trifulcas y desilusiones...