El Espacio es demasiado grande para que alguien escuche tus gritos. Pero los susurros pueden recorrer eones hasta que Ellos te escuchen, y quizás entonces sea demasiado tarde para poder huir.
Creías que era solo un juego y ahora tu existencia se debate por no sufrir demasiado ante lo inevitable. Tu osadía puede condenar a la Humanidad a una época de oscuridad eterna.