En el puerto de Mogador, una mujer reta a su amante: no volverán a hacer el amor sino hasta que él venga a contarle un nuevo jardín de la ciudad. El problema es que no hay más jardines en Mogador.
Por Alberto Ruy Sánchez, autor de La mano del fuego y reconocido como Oficial de la Orden de las Artes y de las Letras por el gobierno de Francia.
Cuando el deseo echa raíces en el cuerpo, la vida adquiere su sentido más intenso en la búsqueda de ese paraíso que es el cuerpo de la amada.
En el puerto amurallado de Mogador, la ciudad del deseo, una mujer cansada de las crecientes muestras de insensibilidad de su amante decide imponerle un reto: sólo volverán a hacer el amor cada vez que él venga a contarle un nuevo jardín de la ciudad. El problema es que en Mogador no hay más jardines. Él tendrá que descubrirlos donde no son evidentes y le estará prohibido inventarlos. Tendrá que educar de nuevo sus sentidos.
A través del descubrimiento pausado de los jardines secretos, tal vez él se convierta para ella en un mejor amante. Shajrazad al revés, en su voz se entrelazan la naturaleza y el deseo, la imaginación sensual y la materia.
Lo que ha dicho la crítica:
"Mejor que un sueño, este libro es un viaje que realizamos sin movernos y que nunca termina". -Claude-Michel Cluny, Le Figaro Litteraire.
"Mogador no es sólo ciudad, es también palabra, signo, señal, referente de sentido y para los sentidos. Esto hace que el narrador la describa como un espacio que acoge a otro y, dentro de éste, a otro más que le abre lugares a muchos más". -Olga Lucía Londono Palacio, Revista Bitácora Urbano Territorial.