Maisie Taskill nunca había necesitado un héroe tanto como en ese momento; acosada por su benefactor, consigue pasaje en un barco que la lleve a su Escocia natal. A cambio le ofrece al capitán escocés Roderick Cameeron lo único que posee: su virginidad.
Maisie se sinde ante él buscando su protección, pero a medida que su atracción inicial se convierte en un deseo obsesivo, un poder devastador se despierta en su interior. El viaje no es fácil ni placentero, y Maisie se ve obligada a mantener su identidad en secreto para no provocar más descontento entre la supersticiosa tripulación.
Con el poderoso tutor de la joven pisándoles los talones, Roderick debe mantener la nave fuera del alcance de los cañones de la Marina británica antes de que la seductora bruja que lleva a bordo provoque un motín. Y aunque cree que está al mando de la nave, el destino le tiene preparada una sorpresa.