En el budismo, toda la práctica espiritual tiene lugar en la mente, es decir, en nosotros mismos. Es una práctica interior para la cual es muy importante conocer los mecanismos y estructuras que constituyen nuestra mente básica y los factores mentales que la acompañan. En este trabajo se explican los factores mentales más habituales y cómo condicionan nuestras actividades y acciones de cuerpo, palabra y mente.