La crítica histórica nos ha acostumbrado a distinguir entre el evangelio, las cartas y el Apocalipsis, siendo cada escrito atribuido a redactores diversos. Ahora bien, la crítica designa como lugar de edición de los escritos una misma región: Éfeso. Dado que la tradición agrupa simbólicamente el conjunto bajo el nombre de Juan, estamos invitados a escuchar la voz de comunidades locales inspiradas por el mismo ?Discípulo al que Jesús tanto quería?. Esta voz -a la que podemos llamar ?voz narrativa?- propone al lector no sólo apropiarse del recuerdo del pasado, sino renacer cada día en Jesús, Palabra de Dios. Mediante esta voz, una comunidad atestigua su fe.