Esta pregunta, accesoria hace algunos años, tiene hoy nuevas
dimensiones. En sus comienzos una red de comunicación de uso militar,
utilizada más tarde por los científicos, Internet se abre desde entonces
al gran público, suscitando crecientes conflictos de interés entre
actores cada vez más poderosos.
La respuesta, afirma Pierre Mounier, no es solamente institucional,
técnica o económica; es todo ello a la vez. Es, fundamentalmente,
política.