El autor se pregunta si, dada la situación actual, es posible la reinstauración de un Estado comprometido y responsable. Muchas de las ideas que orientan la política global hoy en día impulsan la acción de los Estados en la dirección opuesta, hacia la crueldad y la irresponsabilidad. Esto es especialmente aplicable respecto a la agenda social y la protección de los bienes comunes.
Este libro sostiene que el destino de la humanidad depende de manera crucial del modo en que se desarrolle el papel del Estado en las próximas décadas. En esencia, la cuestión gira en torno a si es posible transformar la globalización para una mejor defensa de los intereses de los pueblos del mundo.
La crisis económica global de finales de la década de 1990, junto con el giro a la izquierda en países importantes, alientan la esperanza de que una globalización más humana sea un proyecto político oportuno y realizable. El análisis expuesto en el libro ofrece un marco y una perspectiva para abordar tal empresa, y en particular, para una nueva potenciación del Estado que permita a éste servir mejor al bienestar de sus ciudadanos y, de hecho, del conjunto de la humanidad.