Bomilkar, el jefe de la guardia de Cartago, investiga una serie de asesinatos que parecen estar conectados. Tras ser enviado a Roma en misión diplomática, se le despoja de su cargo y se le declara traidor. Sin embargo, decidido a llegar al fondo del asunto, consigue volver a Cartago, donde descubre que los asesinatos están ligados a intereses políticos que afectan a los dos líderes del imperio cartaginés.