Argumento de Los ángeles Desterrados
En Los ángeles desterrados el autor va la rebusca de los restos angélicos que han quedado en la cultura occidental de los ángeles cristianos, después que en la teología tanto católica como protestante ya no encuentran lugar alguno significativo, hasta tal punto que en la actualidad angelología es prácticamente inexistente fuera de los libros de texto de teología de corte académico, con empaque profesoral para alumnos aplicados, pero sin magisterio y, por tanto, sin continuidad de doctrina y, en consecuencia, sin discipulato cualitativo ni cuantitativo, debido a que la mayoría de las corrientes teológicas actuales casi con unanimidad opinan positivamente que a la enseñanza primitiva hay que limpiarla de todos los pormenores que no concuerden con el pensamiento hodierno, cual es el caso de los ángeles, que habrían quedado por consiguiente como desechos teológicos del pasado. Sin embargo si se echa una mirada a la simbología occidental, lo cierto es que nadie como los ángeles han llegado a ser tan rápidos a la hora de elevar a los hombres a la cima de la razón: La Mística. Ni si quiera una salida de ingenio puede comparárseles, pues los ángeles, en cuanto espíritus puros, viven en la vertical, mientras que el ingenio humano, por más que sea una escapada de la horizontal, nunca será capaz de subir nada más que algunos peldaños de la escala que lleva al empíreo angélico. Sin duda que el ingenio tiene un poder de erección susceptible de elevar lo humano hasta alturas insospechadas, pero siempre muy por debajo de donde los ángeles tiene su morada. En los ángeles desterrados el maravilloso espectáculo celeste angélico no es proyección en el cielo de las cosas de aquí abajo sino, a la inversa, un reflejo de la polaridad de lo alto, a saber, las cosas de aquí abajo son reflejo de las de arriba.0