Pasó pues está época que fue y ha sido la más sosegada y grata de mi vida, para entrar en otra totalmente opuesta y la más miserable que pueden tener los hombres, dando principio con el fallecimiento de mi muy querida madre en la flor de su hedad, y ocasionada de una caída viniendo de la Naba en una pollina . Este suceso llenó de luto mi corazón y el de toda la familia que la estimaba como merecían sus virtudes y el reconocimiento de sus hijos, por quienes tanto se había afanado y tan malos ratos llebó. En fin, el desconsuelo de mi padre y el nuestro cedió algún tanto al tiempo y a las consideraciones racionales, quando vino a vorrarle casi del todo el consuelo de acontecimientos que no sé si acertaré a describir .