En Extremadura, una de las mayores explotaciones del río Tiétar, con quinientas hectáreas de regadío y cerca de ochocientas adehesadas de encinar y pastos. Dispone para sus riegos de embalse propio. Habitada en principio por más de cien familias de aparceros (llamados allí medieros), la mayoría nacidos en la famosa, fértil y hermosa zona de La Vera en la provincia de Cáceres.
Son los años sesenta del siglo pasado. Un joven perito agrícola llega a la finca para dirigirla y mejorarla. El viejo encargado se va El perito cuenta el discurrir de los casi cinco años que permanece allí. Describe las vidas y las obras de los medieros, sus trabajos, penas y alegrías, sus huelgas y relaciones con el dueño. Familias enteras dedicadas por entero a su trabajo. Allí, como en un pueblo, hay economato, escuelas y maestros titulados de niñas y niños, una furgoneta para viajar a Plasencia, una capilla con misa los domingos
En a historia se describen las dedicaciones principales como el cultivo y recolección del algodón, del tabaco y del pimiento para pimentón. También cuenta cómo mejora el rebaño ovino hasta hacerlo excepcional. Hay datos económicos y técnicos, anécdotas de propios y extraños, de personas y animales, de dueños y de empleados que quizás algunos hoy podrán reconocer o recordar.
Al finalizar el año 1967 el perito deja la finca muy a su pesar. Deja huella de su pasado por los avances logrados, pero los medieros de la finca dejan huella en él.