Argumento de Lodo
¿Cómo puede un hombre razonable, con estudios, dejarse guiar por sus pasiones? Es ésta la pregunta que se hace a sí mismo Benito Torrentera, que a sus cincuenta años abandona su apacible vida de profesor universitario para proteger a una joven criminal, Flor Eduarda. Lector de filosofía y conocedor de historia colonial, se entera, demasiado tarde, de que la razón y la erudición nunca serán suficientes para oponerse a la bestial atracción que le causa una mujer sin estudios, empleada de una tienda de autoservicio. Flor Eduarda, por su parte, se siente intrigada por este hombre pesimista, carente de sentido común y ocupado en asuntos que a nadie le importan. Ambos personajes huyen hacia Michoacán. Ella desea alejarse de la justicia; Torrentera, en cambio, desea llegar a un pueblo olvidado, Tiripetío, donde cinco siglos atrás se impartiera la primera cátedra de filosofía en América. Ni el cansado profesor ni su inesperada alumna se imaginan el desenlace, pero Torrentera presiente que, una vez más, el deseo se impondrá sobre las razones: y no le importa. «El mejor trabajo del autor. Una novela de amor, así el amor ocurra entre violencia y vileza. El libro se sostiene en sus despiadados aforismos y en su umbrosa visión del mundo. Allí Fadanelli, lector de Cioran y otros demonios, es apenas superable» (Rafael Lemus).1