Para explicarle esto, la mamá lleva a Archibaldo a dar un paseo. Le hace ver que un pájaro sirve aunque no pueda nadar, que una mariposa sirve aunque no pueda cantar y que un manzano sirve aunque no pueda volar. La clave está en encontrar lo que uno desea hacer y en luchar para hacerlo bien.
Archibaldo entonces busca y rebusca qué es lo que de verdad le gusta. ¿Cocinar? ¿Bailar? ¿Disparar flechas?... Hasta que por fin lo encuentra. Sin embargo, aún le queda mucho trabajo y momentos de desánimo que vencer.
Un día, al fin, se sienta en el piano y emociona a todos con su música.
Un libro más de la saga de Archibaldo, un niño afortunado porque tiene padres sensibles, sabios y muy cariñosos que lo escuchan, le hablan, lo apoyan y están ahí para lo que necesite.
Un álbum poético, profundo, con toques de humor, ideal para que los niños hallen su verdadera pasión, su talento y aprendan a quererse y valorarse por lo que son.