Apareces vida en toda dimensión,
me vacías y vuelvo a seguirte.
por eso te sigo para llenarme otra vez,
la enésima,
quizás la última,
quizás la más bella,
quizás la que me haga rodar por el suelo.
No tranquilizas,
todo insinúas,
nada prometes,
con todo me atraes.
Apareces vida
con avidez desmedida,
con tu más ruda entereza,
con tu fuerza más violenta,
con tu todo por hacer,
como la primera vez.
Me relegas a la undécima fila
y soy yo el actor que te vive,
sin mí no eres,
y sin embargo me ignoras.
Cada día me enseñas. como maestro
. cada noche castigas mi insolencia.
Ya no te dicto,
tan sólo observo.