Ensayo brillantísimo y sólido, supone la primera obra de un autor español que describe y analiza las experiencias artísticas posteriores a la Gran Guerra. Escrito con una pasión sin fisuras, ofrece noticias de primerísima mano sobre el futurismo, el dadaísmo, o el surrealismo, corrientes artísticas que conoce a la perfección, y, por supuesto, sobre el movimiento autóctono, el ultraísmo, del que él mismo fue exponente. Fuente inagotable de datos, nombres y sugerencias, Literaturas europeas de Vanguardia tuvo gran influencia en su momento, convirtiéndose en una guía decisiva para los críticos de la época, y marca el comienzo de una importantísima carrera como crítico literario. En 1965 apareció una nueva edición, refundida y ampliada, pero carente de la frescura y viveza de la obra escrita por un joven de poco más de veinte años.