Durante los años de la Segunda Guerra Mundial Lisboa fue la única ciudad europea en la que tanto los aliados como las potencias del eje operaron abiertamente. Una ciudad que intentó aferrarse a su neutralidad durante esos años pero que se vio envuelta en el bloqueo económico y en las guerras navales entre los aliados y los nazis. Además fue la vía de escape para prisioneros de guerra de los aliados y la ciudad a la que llegó más de un millón de refugiados. Pero no todo fueron penurias: salió indemne de la guerra y consiguió un auge en su economía.
Este periodo de la historia de Lisboa representa un acontecimiento único, muy positivo para Portugal, que tuvo lugar en medio de la muerte y de la destrucción de gran parte del resto de Europa en tiempos de guerra.
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